La vida diaria como voluntario en Crees suele ser muy distinta a la que estás acostumbrado en casa. Las actividades promedio pueden incluir desde una excursión en bote a una comunidad local cercana, el apoyo en estudios de fauna silvestre en campo, aprender sobre especies animales, trabajar en el biohuerto hasta practicar tu español (¡o cualquier otro idioma que hables!) con el equipo y otros voluntarios.
También tendrás mucho tiempo libre para disfrutar como prefieras: reflexionar sobre lo que has aprendido, meditar, jugar con otros voluntarios o dedicarte a tus pasiones y aprender nuevas habilidades.
Ser voluntario en el MLC es una experiencia única en la vida para quienes llegan hasta aquí, y muchas veces despierta una pasión duradera por la vida silvestre y la conservación.
Estas son solo algunas de las cosas que podrás hacer como voluntario en Crees Manu:
Prepárate para arrancar temprano el día durante tu estadía en el MLC.
Ya sea que te despiertes para ir a la collpa, participes en un estudio de fauna como TILT o en otro monitoreo, o simplemente porque quieres disfrutar de un hermoso amanecer desde el muelle… ¡los días en el Manu empiezan con magia!
En la collpa (colpa de arcilla), monitorearás y registrarás de cerca hermosas especies de periquitos, loros y guacamayos.
Con un poco de práctica, incluso aprenderás a diferenciar especies parecidas entre sí y a reconocerlas solo por sus cantos.
Otro lugar increíble para observar fauna es la Cocha Machuwasi, cerca de la comunidad de Salvación.
A solo un corto trayecto en bote desde el MLC, podrás disfrutar de un paseo tranquilo en balsa mientras identificas distintas especies de ave
Vas a tener bastante tiempo libre en el MLC, ideal para relajarte después de estar en el campo.
Ya sea jugando cartas, escribiendo, dibujando o simplemente descansando, es el momento perfecto para conectar contigo y explorar tu lado creativo.
Las caminatas y monitoreos en la selva se vuelven parte de tu día a día como voluntario.
Te vas a meter de lleno en la naturaleza, compartiendo experiencias con otros voluntarios y el staff, mientras descubres los senderos y todo lo que este ecosistema tiene para enseñarte.
Uno de los monitoreos en los que más participamos es el de mariposas.
Caminarás por los senderos del MLC aprendiendo a reconocer distintas subespecies y entendiendo por qué estos insectos son tan importantes para la salud del bosque.
Aunque vas a pasar mucho tiempo en el campo, el jardín del MLC es uno de los mejores lugares para observar la fauna.
Reptiles, anfibios, aves… ¡hasta monos! Todo esto puede aparecer justo frente a tu puerta mientras te cepillas los dientes o tomas tu cafecito.
Vas a aprender sobre seguridad en el MLC y participar en simulacros para estar preparado ante cualquier emergencia.
Sabemos que esto es importante, pero no significa que no podamos divertirnos mientras practicamos. Siempre hay espacio para el humor (y sí, no te preocupes, Emma está bien 😄).
Uno de los momentos más especiales del día: la cena a la luz de las velas.
Ahí se comparten historias, se aprende más sobre la vida en Perú y sobre lo que pasa en la selva… y te enteras de lo que se viene al día siguiente.
Tendrás la oportunidad de salir en caminatas nocturnas para ver la selva en su versión más salvaje y activa.
Es el mejor momento para ver animales que no se dejan ver de día: armadillos, búhos, ranas, lagartijas.
